Esta noche hablé conmigo, me desafíe, me
pregunté y tuve que responder. Lloré y sequé mis lágrimas, de vez en cuando
dejé que los labios abrazaran mi mejilla con una leve sonrisa, pero no permití
su diversión. Noche de reflexión y de poder, noche de encuentro conmigo mismo,
noche de insomnio e inflexión. Escribiré un antes y un después, pensaré
diferente y recordaré que nací para vivir, para sentir y para tomar mis propias
decisiones.
Luna, que te veo llena en tu esplendor de madre, abre tu luz y deja que mi alma se
alimente de ti. Viento que transportas en tus venas los fríos del ártico,
penetra en mi piel para que pueda sentir un escalofrío. Osa polar, constelación
del cangrejo, cometas apocalípticos y estrellas fugaces, llénenme del fuego del
cielo para que pueda recitar una pasión. Versos de muertos poetas que solo
llenáis polvo en las estanterías del olvido, abrid los libros de la nostalgia y dejad que vuestras poesías llenen de amor mi vida.
Sentimientos que corréis por las esquinas de mi corazón, penétrenme y hagan que
los sienta.
Alma!!! Te pido que estés esta noche conmigo porque necesito tu caricia,
exijo que tu carne de luz me llene de ternuras, que tu espíritu abrace mi
tristeza y que tu razón me explique mis porqué. Quiero que te sientes a mi lado
y me escuches. Te serviré una taza de mi café o quizás te gustaría pegar tus
labios en una copa de mis añejos tintos…Siéntete cómoda, quítate el abrigo
porque ya prendí la fogata de las emociones. Desprende el primer botón de tu
blusa porque en tu escote, fijaré la mirada. Relájate y por un momento piensa
como yo, porque eres mía y en un instante te desnudaré.
Te
parieron mucho antes de que el cielo inventara sus estrellas, viajaste
Universos que no conozco, escribiste y reencarnaste corazones que hicieron
historia en otros mundos y un día, llegaste a mí. Alguien te puso en mí y en
ese momento abrí mis ojos…Y empecé a vivir. Eres mi motor, el motivo de mi
existencia y la respuesta a mis preguntas. Ya no te quedes callada, porque en
tu silencio viven los miedos, en tu timidez conozco infiernos y cuando siento
tu soledad, solo abrigo la mía.
Explicas que debo ser maestro de tu nuevo aprendizaje, que soy el tren
de tus oportunidades y que debo llevarte de nuevo a la Luz. Soy tu instrumento,
tu envoltorio y tu cobijo. Soy tu referente, tu misión y tu religión…Pero soy
humano y la historia de mi vida te llenó de miedos e inseguridades, mis
acciones quizás no fueron las adecuadas y mis pensamientos quizás muchas veces
fueron equivocados. Quiebra de una vez tu silencio, porque esta vez te
escucharé, dame un consejo y partiré en dos mi destino…El antes y el después.
El antes ya está escrito y el después lo escribiré contigo.
¡Alma!, quédate conmigo y juntos, dejaremos huella en este mundo... Y el día que vuelvas a la Luz, dile que me conociste y que valí la pena.
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