No queremos
fronteras, no queremos barreras. Sentimos plenitud en el ser humano, sentimos
amor, sentimos paz…Y sentimos orgullo por ser lo que somos. Quizás una gota de
agua sea más pura que un corazón, quizás un pedazo de polvo de estrellas sea más
puro que un trozo de nuestra alma, pero estoy seguro que un sentimiento de
amor, solo lo podemos escribir con nuestros dedos.
Nos
adentramos en la profundidad de un bosque llamado deseo, donde el pecado duerme
en las penetrantes ortigas, donde el miedo huye entre las enredaderas de las
sombras, donde una pasión es reina y un sueño es rey. Nos atrevimos a ser, nos
atrevimos a vivir y a sentir…Nos atrevimos a ser tocados y a conocernos. Osados
corazones que pervierten almas, dedos y manos que enchinan pieles, miradas que
escuchan sentimientos, labios que tocan paraíso y olores que excitan hormonas.
Compramos un
billete de ida donde el regreso es utopía. Tenemos un mundo en nuestras manos y
no lo vamos a dejar escapar esta noche. Un mundo de sueños, de ilusiones, de
ternura…Un mundo de pasión descontrolada, de sentimientos que nadan en la
salvajez de la imaginación, de necesidades que perforan ansiedades y esconden
timideces.
Ni mil
lunas, copulando con cien soles, sentirán tanta ternura como yo la sentí esa
noche contigo. El cielo se escondió en su timidez y dejó prendidas un millón de
estrellas, el viento amainó orgullos y se convirtió en silencio, el frío arrugó
sus afilados dientes y el mar domó sus mareas y esperó. El Universo desvaneció
tiempo y lo convirtió en relatividad, el espacio se desdobló en mil dimensiones
y en cada una pintó cien colores. Se durmieron los árboles y abrazaron sus
montañas, los ciervos recogieron sus cuernos y los corderos aullaron a los
lobos,…Se abrió la noche y en ella hicimos el amor, en ella escribimos un
sueño…En ella, comimos pasión.
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