Escribo
nada cuanto más tiempo pienso y escribo todo, cuanto más vivo y siento. Vacío
mis letras en ese espacio, en ese espacio que hay, entre el pensar y el sentir,
entre la nada y el vivir. Porque los
sentimientos no nacen del pensar sino del sentir, porque las tintas no se crean
de la nada, no fluyen porque sí, solo nacen en la inspiración que siguió las
huellas de la historia y nunca mueren en la simplicidad de un papel.
Y de la
capacidad, nace la osadía. En el atrevimiento, muere la vergüenza y en la
inteligencia se crea la comunicación. Abres y cierras los ojos mil veces…Y ahí
estás. Arrugas papeles, llenas basura de ideas, quemas ceras y más ceras en tu
desesperación, derramas copas que nunca llegan a tu garganta y cuando crees que
tanto silencio, ahogará la soledad de tu escrito…Resurge una luz en tu alma,
esa luz que recita cielo y compone música de campanas en tu denostado aliento.
Los dedos
se ponen a escribir, los humos de tu cigarrillo encarcelan rimas en cada uno de sus círculos, las copas
lloran pausados tintos entre sus paredes y poco a poco dejas que los dientes,
aprieten esos labios de pasión en el profundo sentir de tu poesía. Y es
entonces que el recuerdo, envuelve pensamientos, la nostalgia enciende versos y
la música envenena las arterias de tu corazón. No mides respetos, tus frases no
juzgan lecturas, solo escribes y escribes.
La inspiración
no cesa, acabas papel y papel y papel. Y fluyen los sentimientos, y cantan las
emociones…Y sonríen tus letras. Ya no llenas basura, estás llenando otras
vidas. Ya no necesitas silencio porque recitas ruidos, ya no mides soledad
porque tus blancas paredes son espejo de
universos, ya sonríe tu cielo porque con cada una de tus letras, está abrazando
una nueva luna…Ya descansa tu alma porque en tu vicio, laten muchos corazones.
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