Algún día cuando el pensamiento
no nazca de la nada, cuando la voz no reprima su palabra, los sentidos su
reclamo ni la vergüenza su pálida cara, el dedo no señale ni la pasión sea
juzgada, ese día, serás amada, poseída, con dulzura escrita, con pasión
penetrada y con profundo deseo consentida.
Algún
día cuando la montaña se pegue eterna a su nieve, cuando la almeja respire burbujas
de arena, el mar tu espuma y la playa mis huellas, el árbol sea talado de sus
ramas y el cuerpo de tantas contenidas ansias, ese día, me atreveré a decirte
que seas mía, que no hay excusa que tu mente decida, que hay memoria capaz de
olvidar y un silencio atrevido, para amar.
Algún día cuando el tinto se llene de copa,
cuando las caricias sean de labios y no solo de manos, los versos de
sentimientos y no solo de letras, el delfín vuele su aire y el águila tranquila
nade, ese día, tu mirada escribirá poesía en mi espalda, en cada una de mis
vértebras, en cada caricia que tus ojos le roben a mi cara, en cada sueño ansiado, en cada lágrima que el deseo le robe,
a un corazón ya extasiado.
Algún día cuando la vela chorree saliva,
cuando las sombras sean blancas y la media luz melodía, cuando no existan
sábanas ni almohadas, cuando tu piel sea mi cama, mi sudor una gota de ansia y
tu beso ese sabor que lame intenso mi alma, ese día, el abrazo desvanecerá por
siempre al tiempo, las manecillas cambiarán su rumbo y los números del reloj,
se quedarán mudos.
Algún día cuando eyacule el alma,
cuando el cuerpo le pida prestado el orgasmo, cuando el gemido grite su
garganta, cuando la contorsión baile su espalda,
la seducción su erotismo y la excitación desgarre profunda cada poro de la
palabra, ese día, amaremos en silencio, la distancia será recuerdo, el brillo
eterno y el deseo se llenará de hadas, será un hermoso cuento y en su libro,
por siempre viviremos.
Algún día cuando el Sol le pida
el reflejo a la Luna, cuando el horizonte se despegue del mar, las estrellas
del cielo y el fuego de su volcán, ese día, el infierno pecará, no habrá
confesionario capaz ni rodillas pidiendo perdón o su paz. Hoy, que tu cuerpo es
de ángel, tu corazón late mi sangre y tu alma vive salvaje, ven a mi Universo
porque lo puse al revés, perverso, tierno, húmedo, sin miedos, lleno de ti, de mí, de tus anhelos y de mis grandes sueños.
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