Sentí lo
profundo. Escuché el llanto de unos gemidos sin alma, arranqué lágrimas en el
corazón del silencio, rasguñé besos en los labios de las sombras y cuando sentí
las antenas de una mariposa acariciar mi
piel…Entendí la eternidad de sus versos.
Amagué los
fuegos de la desidia, triunfé en el reto del despecho, copié querencias y
desdoblé mi espíritu atravesando las paredes de la infame soledad. Rompí las reglas del orgullo, destrocé alquimias y cuando creí respirar
libertad, solo exhalé el morbo de la suciedad. Voluntad que te creíste acero y
ahora solo escribes desde las ubres de mi nostalgia, perseverancia que bebes de
la inocuidad de mis sentimientos, constancia que aburres los celos en la
distancia del tiempo.
Insoportable aire, correo de imágenes y palabras, cruel desafío de
preguntas sin respuestas, oscuridad en el bíceps de mi memoria. Letras que van
y vienen entre los susurros de tanta ignorancia, surrealismo virtual que
invades la pureza de nuestra inteligencia…Caos existencial que burlas
principios y deshaces educaciones.
Escribiré un cuento que desafíe tanto abismo
en mi vida, un cuento que envuelva en el celofán del deseo las pesadillas de
tanto desdén, una historia que relate el día a día de las letras de mis
sueños…Una poesía que cante la añoranza de tanta melancolía.
Abismos de
vida que invaden ajenas intimidades, abismos que cargamos en la mochila de
nuestra historia, abismos que guardan el secreto de nuestras vergüenzas…Abismos que reflejan
risas, en el espejo de nuestras
lágrimas.
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