Te dije que
sentí y entre mis poros rasguñó la mentira. Te dije que goce tu piel y todavía
siento esa aspereza en mis manos, te dije que te quería y ahora el silencio
ahoga mi vida. Fingí pasión, desdoblé personalidad y llegó el temblor a cobrar
mis miedos. Colapsé los sentidos del querer en la esquizofrenia del momento,
embarré deseos entre los hielos del alcohol y cuando el amanecer sacudió mis
sábanas, entendí las culpas de mi noche.
Cruda moral,
inquietud solapada de mi nervio existencial, helada cerveza que disipas mis
instintos, coraje emocional, libro endiablado de una luna sin reflejo. Catarsis
de vida que enredas neuronas en la profundidad de mis sentimientos, poema
corrido sin puntos ni comas que expresas prisas y ocultas miedos. Valor
desconocido en la valentía por reconocer el error, alegoría inventada que
explicas mi nostalgia y disfrazas
excusas con el manto de tu metáfora.
En cinco
minutos creé un mundo, en una hora expliqué ignorantes razones a mi cuerpo, en
un día desperté poco a poco mi mente y en un segundo borré de mi teléfono su
nombre. Cruda moral que no entiendes de
amores pasajeros, cruda moral que no comprendes pasiones de un momento, cruda
moral que desvistes mi alma en el exilio de una noche.
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