Enloqueció
la música de los ángeles cuando recité tu pensamiento, tembló la luna cuando de
tu alma nacieron tan hermosos versos, calló el trueno cuando tu poesía abrazó
la tempestad de mis miedos. Dulce hada de amor que atravesaste con tu hechizo
mi corazón, gota de miel que lubricaste mis labios con tu pasión, exótica seda
que cubriste mis noches de cariño y ternura.
Estuviste en mi vida y te seguiré disfrutando
en mis sueños. Escribiste lucha en mi cansado espíritu y les diste un “porque”
a mis paisajes. Mareaste silencios en mi tristeza, interrumpiste con tu sonrisa
los ecos de mis nostalgias, retaste sombras cuando te cubrían mis infiernos y
en la enfermedad, nunca permitiste una
pausa en los latidos de mi corazón.
Seguiré las
huellas de un camino donde cada senda
recorra las purezas de la soledad, donde
cada atajo me recuerde un momento contigo, donde el cielo me cubra todos
los días con el polvo de estrellas de la dulce poesía y donde las noches solo
sean un sueño que amanece otra vez en tus brazos.
Seguiré mi
vida, aún cuando la memoria traicione
día con día lo que queda de mis sentimientos. Seguiré respirando la melancolía
de no poder ver tus ojos, de no poder acariciar tu piel y de no sentir otra vez
un beso de tu boca en mi alma. Seguiré escribiendo un destino y bien sabes que
en mis tintas dejaste un enorme vacío.
Seguiré escuchando aquella música, sabiendo que sus acordes ya no
significan lo mismo.
Venderé cara mi derrota en tu amor, porque es de valientes reconocer y de sabios aprender. Arrancaré las gotas de hiel que llora mi luna, callaré mi corazón cuando sus latidos reclamen tu sangre, rasguñaré mi piel cuando mis instintos reclamen tu cuerpo, pero cuando el silencio perturbe un nuevo anhelo...Ahí estarás tú.
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