Hoy
amaneció diferente. El viento pintó de rojo los algodones de mis nubes, el
cielo aturde las mentes y la intolerancia cubrió el rocío de mi poesía.
Escribiré lo que siento y disfrazaré mi pluma de osadía y atrevimiento.
Quizás te
voté, quizás no. No te conozco pero quiero que sepas que te permito abrazar,
mas no matar, te permito pensar más no robar, te permito amar mas no odiar.
Quizás el poder malversó tus ideas, las ideas que un día casi lloraste para
intentar llegar a nuestro entendimiento, las ideas que quizás leíste en un
libro de quien sabe que mente privilegiada y que te llevaron a poder gobernar.
NO
entendiste lo que necesitamos, no entendiste por lo que luchamos día con día
con nuestras manos, no entendiste que la vida tiene un sentido más allá del
poder y el dinero, más allá del orgullo y la posesión, más allá de tu
ignorancia y de tu perversión.
Cimentaste votos que jamás oliste en su esencia y ahora callas con tu
arrogancia las voces que te dan de comer. Cultivas perlas donde hay pobreza,
comes caviar donde solo se come lo que se puede y en tu simplicidad, explicas
ataúdes que un día sangrarán tus manos.
Políticos del mundo que se olvidaron de sus pueblos, políticos que sembraron ignorancias para poder sostener sus pobres argumentos, políticos que destruyen vidas para poder prolongar su herencia.
No
insulten nuestra inteligencia porque más allá de nuestra paciencia vive la
revolución, la revolución de los sentimientos, la revolución de las ideas y la
revolución de los instintos por sobrevivir. Entiendan que más allá de su
mandato existe vida y más allá de nuestra malentendida ignorancia, existe la
oficina de “Cuentas por cobrar”.
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