Me sentí dentro
de ti, sentí que tu alma arrancaba mis deseos, sentí que tu piel acariciaba una
y otra vez mis sueños…Te sentí y dormí en tu verso, viví en tu poesía y
desperté en tus brazos. Viví ternura y
vi cuando la noche desplegó mil lunas, cuando las estrellas escondieron el chispeo de sus brazos para darnos
intimidad y cuando el Sol tardó mil días en despertarnos. Excité mis miedos, di libertad a mis pecados,
arrugué los infiernos y te sentí en la profundidad del puro amor. En mis manos
te desnudé y en las tuyas perdieron vida mis posesiones, escondí mis huellas entre
tus cabellos y tus piernas abrazaron mi cintura. Te sentí y me sentiste. El
verso cambió de nombre, el sentimiento revolvió su imagen y mojó su pintura, la
literatura escribió nuestro libro y la ansiedad vivió su libertad. Pegaste tus
pechos a mi almohada y recubrí tu espalda de vainillas y chocolate. Mis dedos
revistieron su tacto de ternura y dejé que mis manos te envolvieran en sus
caricias. Impregnaste mis labios con tu sudor, mi lengua tatuó miel tus hombros
y en tu suave exhalación, poco a poco sentí crecer el vigor de mi pasión. Te
revolviste entre las sábanas de nuestro amor
y en mis ojos desafiaste el viento de los ángeles, la hermosura de tu vientre y la erección de tu femineidad. Te sentí y me
sentiste…. Te sentí en la profundidad de tu mar, en la ternura de tu
cuerpo y en la fragilidad de tu alma.
Bella y plena, hermosa y completa. Te
sentí mujer, te sentí parte de la mano
del Creador, parte de su milagro, parte de Él…Una lágrima nació en tu éxtasis,
un verso nació de tu orgasmo y una poesía creció en ese abrazo, en ese abrazo
que escribió un recuerdo en mi cuerpo, una prosa inacabable en mi corazón y un
beso eterno en mi alma.
Te sentí y me sentiste...Siempre te recordaré, te escribiré y te añoraré.
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