Recibí una
carta de un viejo amor, de esos amores que ya no hay, de esos amores que un día
prendieron fuego en el corazón y dejaron sus brasas en tu alma…De esos amores
que nunca leyeron el Kamasutra, pero como quiera que fuera, en cualquier
posición y en cualquier lugar, tenía sus reglas y en su abrazo siempre había
amor, ternura y osadía.
Recibí la
carta, bajo sospecha de sorpresa e ilusión por un recuerdo. Abrí el sobre y me
dispuse a leer sus mágicas letras: Mi amor, hace tiempo quise decirte algo.
Hace muchos años, que nuestras decisiones
separaron por siempre nuestras vidas. Nuestros errores, alejaron
nuestros caminos y escribieron para cada quien nuevos destinos. Te amo, siempre te amé y te seguiré amando en
la eternidad. Porque lo que siento, no lo puedo esconder. Quiero que sepas que por muchos años he llorado la falta de tu
abrazo, la música de tus palabras y la protección que le dabas a mi alma. Mi
corazón ya no fue el mismo, mi piel ya no quería otras caricias y mi boca secaba
su dulzura cuando se acercaban otros labios. Mi vida se vistió de una querida
soledad en tu recuerdo y mi corazón solo latía, cuando le recitaba tu memoria.
Ya jamás te tendré, pero te aseguro que en mi espíritu, guardaré por siempre tu
cariño.
P.D. Dejé
encargada esta carta para que te la mandaran el día de mi muerte. Besos.
Nunca dejes
que las palabras de tu corazón, solo vivan después de tu muerte. Dilas ahora y
serás más feliz.
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