Amanecí dentro de ti, ligado
a tu cuerpo, como parte de tu calor interno, oliendo esa humedad que me escribe
pleno, saboreando esa pasión que vive entre tus nervios, excitando cada uno de
nuestros silencios cuando en el suspiro, nos sentimos eternos. Amanecí dentro
de ti, comiendo de tu vientre, abrazado en tus senos, escondido entre tus
miedos y gozando cada pecado, de tus infiernos.
Vestí nuestra cama de celos,
de sedas en velo y de aquellos pétalos que disfrazados de viento, caen de tu
cielo. Descubrí de tu amor su rostro sincero, de tus caricias el por qué en mi
piel son profundo deseo, de la ternura por qué es poesía cuando la exhalas tuya
y de tu vida, que no hay cáliz más hermoso que el jugo de tu cuerpo cuando me
empapa todo.
Hoy amanecí dentro de ti,
pegado a tus muslos, con mi boca besada en tu nuca, respirando tu suspiro y
robando cada gota de tu sueño, hasta que nos despertó el dulce rocío. Amanecí
dentro de ti, con mis dedos entre tus cabellos, con mi corazón de tu sangre
lleno, de tu perfume embriagado por completo, con tu suavidad erizando cada uno
de mis vellos y con tu alma leyendo, cada uno de mis versos.
Te pedí la mano porque quería
sentir el calor de su palma cuando en mi pecho es abrazo, me regalaste una
mirada, la crucé con mis ansias y leíste toda la intensidad que de ti tengo
guardada, en cada rincón de mi cama. Desvaneciste sábanas, tiré almohadas, con
fuerza se abrió la ventana, tu cuerpo robó mi cara y de manos abracé tu
espalda, tu saliva en mi garganta, tus
besos en mis hombros gozaban, mi aliento sobre cada pezón un deseo tatuaba, tu
cadera más y más se contorsionaba, una excitación recorría en silencio cada
palabra, el aire era suspiro, el aliento gemido y el grito, una lágrima de
amor, que lloré contigo.
Amanecí dentro de ti, envuelto
de amor entre tus sentidos, tocado por esa ternura que de mujer es pura,
abrazado por esa poesía que solo dentro de ti es música, mojado en ese cariño consentido
lleno de calor divino e ilusionado por conocer en ti el amor infinito… porque hoy amanecí , en las
entrañas de mi destino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario