Verso de
amor que cicatrizas las heridas de mi alma, canción de cuna que nace en tus
ojos y arrulla mi corazón, gotita de sudor que resbalas por mi piel y la llenas
de ternura…Miel de mujer que un día decidiste que sentir amor era robar cada una
de mis lágrimas, que te imaginaste tocando el cielo y arrancaste mis
sentimientos para escribirlos en tu viaje, que cambiaste mi destino, renovaste
mi historia y le diste una ilusión a mi cansado coraje.
Porque
cuando más perdido estaba, sentí tu luz…Porque cuando el infierno quemaba mis
venas, viviste por mí…Porque cuando el dolor de aquel desamor mantenía en vela
mis noches, tú, te dejaste soñar, te dejaste desear y en la agonía de mi
esperanza…Me miraste, me diste tanta intensidad, que mi confusión la
convertiste en pasión, mis miedos en osadía y mis tinieblas en un amanecer
lleno de ti.
Desnudamos juntos el rocío en cada pétalo, mojamos nuestros pies en la
blanca saliva de nuestro mar y escuchamos música de mareas en sus caracolas.
Sentimos la sonrisa de la brisa cuando temblaron los dedos al escribir la
palabra amor en aquella arena, iluminamos cada caricia de viento cuando el
ocaso se pegó a nuestros olas y en el anochecer le robamos un destello a la
estrella más hermosa, un pedacito de manto a nuestra luna, un pedacito de
algodón a la dormida nube y con ellos construímos nuestra cama, esa cama donde
sentimos la plenitud de nuestro primer orgasmo. En esa cama, te deseé, te viví,
te poseí y te amé…En esa cama te escribí mis sentimientos, abrí mi alma y te
regalé la sangre de mi corazón…En esa cama nació mi poesía, mi credo en el amor
y mi pleitesía al Creador…En esa cama, viví mi primer Amor.
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