Encontré amor en tu odio, ternura en tu
aspereza, mirada en tus ojos y sentimiento en tu alma. Encontré los rasguños de
la traición en tu corazón, la dormida inteligencia en tu mente y la perversión
de la ignorancia pegada a tu piel. Sentí tu vergüenza y el sueño de la compungida
soledad, tatuada como calcomanía en tus paredes.
Revisé
tus sábanas, olí tu almohada, lancé viejas cobijas por la ventana, destrocé tu
armario, partí a la mitad tu mesita de noche, apagué luces…Te abracé y te besé.
Clavaste tu mirada en mis ojos, habló tu alma y sintió tu corazón.
¿Sabrá el
mundo por qué te amo?...¡No importa! ¡Tengo tu permiso!...
…..Y
convertimos a la pared en cama. Pegaste en ella mi espalda o era la tuya la que
la acariciaba, deshicimos sedas, arrancamos algodones, quebramos broches y
asesinamos botones. Piel con piel, olor y sudor, deseo, ansias y suspiros.
Fuerza y vigor, dulzura y ternura, pausa y enjundia, ganas y poder. Escalofrío
de mujer, profundo temblor de hombre, contorsión y sensualidad…Pornográfico
erotismo solo retratado por nuestra vieja luna.
Te amo y
por siempre así será. Fuiste mía y aunque ahora no estés, siempre lo serás.
Porque mi legado sembró una semilla en ti, la semilla más perfecta que nos dio
El Creador, la semilla del Amor…Y cometiste un error, la dejaste germinar en tu
alma y en ella crecerá, sus raíces envolverán tu cuerpo, su tallo tu piel y sus
flores tus sueños. Y es por eso que cada vez que me recuerdas…Tu alma llora.
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