Sentir
lo que siento por ti, es justificar la palabra eternidad. Pensarte en la dicha
es fabricar un sueño y dejar que seas tú quien seque mis lágrimas en la
tristeza, es alcanzar el cielo. Emocionarme al escuchar esa música que abrazó
nuestros cuerpos y entrelazó pies, es placer de ángel, imaginar tus besos
rozando mis labios, es aquelarre en luna llena y desearte con toda la
profundidad de mi ser cuando tus manos solo acarician mi cara, es caviar para
dioses.
Estás en
mi amanecer y mis ventanas despiertan con el vaho de tu rocío, estás en mi
primer paisaje y son tus dedos los que lo iluminan. Estás en el sabor de mi
café, en el arrugado despertar de mis sábanas, en cada una de las plumas de mi
almohada y en la madera de aquel viejo mueble que todavía huele a ti. Estás en
el portal de mi hogar, en esa calle donde no hay una pisada que no me recuerde
a ti, en la piel de ese asiento de coche que tantas veces sintió la intensidad de nuestro deseo.
Estás en
mi trabajo, pues son mis manos las que luchan por ti, estás en mis diarios “porqués”,
porque solo tú eres la poseedora de mis respuestas, estás cuando el silencio
calla porque siento el eco de esa gota de saliva cuando cae por tu garganta,
estás cuando el viento grita porque llenas su aire con tu dulce sudor de mujer,
estás cuando la lluvia sonríe plácida y tímida, porque es ahí donde viven tus
escalofríos, estás en mi vida porque en ella escribiste tu amor.
Estás en
mis noches, porque en ellas abres tu regazo y me proteges, estás en mi libertad
porque sin ti sería un prisionero más de la conformidad, estás en el
sibaritismo del sabor porque en mi chocolate recorro tu espalda, en mis natas tu
vientre, en mis vainillas tus pechos y con mis
fresas…Solo dejo que las atrevidas burbujas de mi pasión, escandalicen
tus humedades. Estás cuando mis dedos necesitan entrelazar cabellos, cuando mis
manos suspiran por acariciar tu cuello, tu nuca, tus hombros con ese vigor que
solo un hombre te puede dar, estás
cuando mi cuerpo necesita estar pegado a ti, cuando gimes que tus
pezones toquen ternura, cuando tu sonrisa expresa mi orgasmo y cuando una
lágrima, es la exquisitez de un sentimiento.
Siempre
estás y siempre estarás.
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