Te advertí
que el tiempo pasaba y mientras pensabas, la vida caminaba, las oportunidades
se caían de nada y el amor escurría lágrimas que ni siquiera veías. Te advertí
que la nostalgia no se olvidaba, solo se tenía y se superaba, que las fotografías
no eran solo un recuerdo sino manchas de caricias, que un beso solo se sentía en
el momento porque si permitías que en el desamor siguiera agrietando tus
labios, jamás encontrarías esa lluvia de ternura que los curara.
Te
advertí que la soledad era amiga del orgullo y cómplice de tus miedos y
mientras la abrazabas seguía creciendo y creciendo. Nunca me creíste y ahí te
quedaste, como eres, con tus mismos defectos y la misma piel, con menos ilusión
y con los mismos pequeños sueños, con tu tristeza sin salir de las mismas
excusas y siempre esperando que él, volviera a tocar tu puerta…Y eso, jamás
sucedió.
Y ahora
regresas con un disfraz de hada que ya no te queda y un antifaz que solo
descubre la alevosía de tu alma.
Haremos esta noche diferente. Inventaremos un
cuento: tú serás marioneta y yo tu peluche, moveré tus hilos y acariciarás mi
acolchonado terciopelo. Viviremos una necesaria fantasía donde tú eres la misma
y yo, ya soy otro, porque te dormiste en la experiencia y yo aprendí de ella,
te refugiaste en la memoria y yo la reinicié.
Comeremos
cariño y nos bañaremos con champagne. Consentiré mis fresas y las pegaré en tu
piel, las cubriré de nata y miel y dejaré que mi boca juegue con ellas.
Desquiciaremos desnudos, pervertiremos el recuerdo de aquella pasión y la
someteremos al antojo. Enloqueceremos ceras, emborracharemos tintos, dejaremos
que las emociones juzguen los alientos y rezaremos para que el atrevido gemido
sea la única autoridad competente. Soltaremos instintos y dejaremos que en
aquella playa, prendan añejos castillos de fuego, que los enanos de tu circo
rompan las piñatas y que las ballenas aúllen nuestra luna…Eso quieres, que se
dé lo imposible en lo posible de una fingida embriaguez, que recuerden tus
sentidos y se peguen a mi cuerpo despertando la sensualidad de un olvidado
sudor. Pero no será así.
Solo por
una vez, dejaré de ser ese caballero que no tiene memoria, porque aunque en tus ojos vi mi extrañez, esa
añoranza del tiempo perdido y la osadía de tu arrogancia, atravesando mis
brazos...No pasará. Y debes saber que
jamás sucederá porque no soy calzón barato de mercado ni plato de segunda mano.
Te advertí que aprendo rápido y olvido pronto, mis canas no nacieron en vano y
mis heridas ya vomitaron todo tu pus.
Te advertí
en lo que te convertirías: Una mujer dormida, un pecado sin alma, un verso
perdido en quien sabe que poesía y ahora que en mi noche te disfrazas de
marioneta, déjame decirte que te equivocas, pues no seré yo quien mueva tus
hilos…Otro lo hará, ojalá tengas suerte y no rompa ninguno de ellos. Solo
recuerda que en mis manos, siempre fueron seda inquebrantable.
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