De tanto
en tanto mírame y quizás sabrás quien soy
De tanto en tanto abrázame y aprenderás a
sentirme
De tanto
en tanto escúchame y quizás me comprenderás.
Ni soy ni
seré tu posesión, tampoco un mueble más en tu habitación. Y escúchame
bien…Romperé tu vida si tu necedad sigue destruyendo la mía, porque siempre hay
una línea que dibuja nuestras libertades, una línea fina como la seda y delgada
como mi paciencia.
Pintaste
mi cuerpo con los dedos de tu deseo, escribiste los más tristes capítulos de mi
vida y ahora quieres comprar mi libertad con tu cartera llena de idiotez.
Maldigo el día en que te conocí y escupo tus primeras caricias en la podrida
alcantarilla de tantas mentiras,
Sembraste
odio en mi corazón y recogerás el profundo abandono que solo la indiferencia
puede dar. Te dí mi juventud, deposité en tus experimentadas manos la inocencia
de mi vida, te acompañé, te seguí , lloré tus fracasos y celebré tus
sonrisas….Pero el tiempo borró la inocencia de mi alma, atoró mis pasos en el
fango de tu hipocresía y paralizó de mi cara las sonrisas de la ilusión.
Hombre de
papel, humo sin fuego. Empedernido idiota que lograste tu perfección,
escribiendo cuentos cuando yo anhelaba poesía.
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