Poco a poco
me acerqué y consentiste. Susurré un anhelo, conversé con el viento y en tu
cielo despejó nubes. Te expliqué un nuevo paisaje, desterré dudas y ese viejo
enfado se fue en el tren del olvido. Imaginamos un guiño de nuestra luna y
apagamos el rencor.
Vestí de
besos tu cuerpo, recorrí con mis ojos tu espalda y en ella mis manos
escribieron poesía. Dejé que mis labios enredaran de amor tus cabellos, dejé
que mis mejillas abrazaran las tuyas y en el deseo dejé que mis dedos acariciaran
tus pechos.
Llené de ternura tus pies y viajé por tus
piernas hasta la humedad de tu pasión, reinventé cariño y me hundí en tu nido.
Jugó mi lengua y el éxtasis ensordeció mis sentidos, jugaron mis pasiones por
los escondites de tu piel y enmudeció el silencio.
Excitación
de mujer que perviertes los más
profundos olores de mi erotismo, intensa sensualidad que arrancas los pecados
de mis infiernos, corazón que eyaculas amor por cada uno de los poros de tu
piel…Miel de mieles que pegas tu perpetua fragancia en mi memoria.
Tenue y
suave contorsión entre las sábanas de nuestra noche, abrazo agónico en tu
almohada…Sueño vencido entre mis brazos. Gemido intenso, suspiro sincero que
escribe tu aliento en mi boca, relajación sublime y caricia de luna que cierra
el abrazo de nuestras miradas.
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