Fingiré en
la melancolía y escucharé sublimes músicas, cerraré mis ojos y dejaré que tu
sombra camine a través de mi reflejo, cortaré las yemas de mis dedos y nunca
sabrán que esas caricias eran mías. Hundiré mis pies en la dulce arena del
olvido y dejaré que tu mar borre por siempre mis huellas, quemaré una por una
las letras que mi poesía escribió en ti y así la esencia de mi alma, podrá
renacer en otro corazón.
Sé que
vigilarás de cerca mi luna, pero tu mirada jamás la verá palidecer. Sé que un
día quizás tus versos se llenen otra vez de amor, pero nunca erizarás tu
espalda en otras manos. Sé que un día sentirás frío, ese frió que rasguña la
falta de cariño…Y ese día, cuando tiembles en tu escalofrío, recordarás mis
abrazos.
Te subiste
a un tren que va a “ninguna parte” y en sus estaciones fuiste dejando pedazos
de tu vida, sin darte cuenta que perdiste el poco valor que tenías y ahora tu
historia, está vacía. Te subiste a las enredaderas
del falso glamour que basa su orgullo en el “qué dirán”, bajaste a las
profundidades de tus infiernos para ver cómo se queman los sentimientos que en
ti sembraron tus padres y en tu consentida ceguedad apartaste de tu vida la
ternura que solo los ángeles saben alimentar.
Salí de tu
vida…Me fui, porque necesito cariño, porque mi alma vive de la ternura, porque
mis manos necesitan tocar caricias, porque mis ojos ya no escuchaban tus
miradas, porque mis dedos necesitan la tinta del amor para escribir poesía.
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