Te
seguiré a donde vayas, quitaré piedras en tu camino, brincaré cerros y saltaré
entre precipicios. Correré valles y no temeré a la profunda montaña, mojaré mis
pies en tus ríos y nadaré por los mares de tu destino.
Detente, tus pasos son más rápidos…Dame tu mano y abrazaré la sombra de
tu estela, devuélveme una sola mirada y sabré que me necesitas a tu lado. No
desprecies mi compañía, pues eres mi sueño. No dejes que tus labios me den una
limosna, pues no soy mendigo del profundo deseo. No permitas que la soledad embriague mi
corazón, pues mi alma siempre escribe con mayúsculas la palabra “AMOR”.
Ordenaré
al viento que nunca borre tus huellas, diré a las nubes que mojen las arenas
para que así permeen tus pisadas, abrazaré con rabia el reflejo de tu luna y
así siempre sabré donde estás. Escribiré poesía y haré que sus versos compongan
la música que tu alma necesita, recitaré las más osadas leyendas de héroes para
que mi vida no abrace nunca la cobardía del “no puedo”.
Te
seguiré en mis días y serás razón, te seguiré en mis noches y serás pasión. En
tu nostalgia, atravesaré con mi lanza la melancolía de la profunda tristeza. En
tus fríos convertiré mis brazos en exuberantes brasas de calor. En tu soledad,
gritaré al trueno que llene tus paredes con el relámpago de la esperanza y
cuando necesites ternura, sentirás en tu piel la suave caricia de un pétalo de
mis rosas.
Por siempre te seguiré y llegará el día en que me devolverás una mirada...Y ese día mi viaje llegará a su fin.
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