Cuando te siento, te explico en azul. Cuando
estoy dentro de ti, me siento parte de tu sueño. Cuando veo esa mariposa libar
sobre tu desnudez, quisiera tener los colores de sus alas. Cuando tus manos
recogen el rocío en mi jardín, quisiera ser
el aire que vive entre tus dedos, cuando sientes emoción quisiera ser tu
lágrima y cuando sonríes quisiera ser el ladrón de tus mejillas.
Dibujé
un beso en mi boca y esperaré hasta que tus labios lo iluminen, pinté un verso
en mi alma y rezaré para que sea tu corazón, quien lo recite. Imaginé un sueño
donde las nubes eran tus brazos, donde las estrellas eran los destellos de tus
ojos y donde el cielo se estremecía como el escalofrío que mis manos
sembraban en tu cuerpo. El viento se
engolosinaba con tu olor, el mar aprendía sus mareas con tu luna y la suavidad
del vuelo de una golondrina, envidiaba la seda de tu piel.
Esa
clase de amor, esa dulce tentación de una vida contigo, esa exquisita
generosidad de dar todo a cambio de un “si” de tu corazón, ese camino donde
nuestras huellas escribirán sobrepuestas un destino, ese edén trabajado que
solo los enamorados entienden…Esa clase de amor es la que necesito, la que
extraño y la que en mis sueños día con día, construyo.
Mis
puños detienen las manecillas del Tiempo, esperándote y a la vida le pido
espacio para que quepas en mí. Le escribí un verso a la muerte y se lo dejé
incompleto para que me esperara un poquito más la eternidad. Pero si un día el
Creador piensa en mí y me quiere a su lado, en mi último suspiro te lloraré,
por mis lágrimas saldrás de mi alma y de mi corazón…Y cuando caigas en mis
manos, te dejaré ir, porque esa clase de amor, no era para mí.
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