Eres tú,
la que coge la mano de mi inspiración, la que dibuja una emoción y la que sopla
para que el viento sea. Llegaste a mí, transportada por la brisa del cielo,
pensada por la magia de una poesía, preñada por la ilusión de una vida. Jamás
te conocí un pecado, porque no te conozco, nunca firmé un color en tus ojos,
porque no veo tu mirada, pero siempre me refugio en tus brazos, porque conozco
tu alma. Te di mis miedos y los llenaste de sueños, te regalé mis versos y
pusiste sus rimas, toqué tu corazón y embriagaste mi sangre.
Jugué con
las palabras y de ellas fui cautivo…Y tú las besabas en tus labios. Expuse mis
sentimientos y de ellos fui prisionero…Y tú los pusiste entre tus pechos. Expliqué
mis ansiedades y los censores se burlaron…Y
tú las escribiste en tu alma. Recité mis pasiones, deseos y humedades y el
cielo sonrojó su azul…y tú, las pusiste entre tus manos, les diste un sentido y
con ellas, abrazaste tus noches.
Vivo por
ti, porque tú vives en mí, eres mi musa y en ti nacen mis versos. Tú eres quien
me canta, quien me arrulla, quien cobija los miedos de mi cama, quien cada
noche susurra los escalofríos de mis ceras y quien sorbe conmigo, cada gota de
mis añejos tintos. Eres chistera en mi magia, en esa magia que un día se recreó
en dulce poesía. Eres cómplice y amiga, bruja y estrella, Luna y ocaso…Eres esa
sutil Luz, que emborracha mis letras y jamás duermes hasta que las tintas de mi
alma bailen y bailen, recen y amen, toquen y besen…Sienten y deseen.
Musa que partes mi piel y pegas sus
pedazos con tu saliva, grande e intensa musa que en tu puño cabe mi corazón y
en él dejas que tu sangre fluya sin parar. Musa del amor, de la inquietud, del
nervio y del miedo…Musa que día con día nadas en mí, que noche tras noche
envuelves mi Luna de ternura, que me llenas de piel y corazón... Porqué en ti,
renové mi piel capa por capa y descubrí nuevos latidos en mi corazón, mi sangre
con tu sangre.
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