¡Amigas y
amigos, pasen y vean, la función está por empezar¡ ¡Bienvenidos al circo del
PERVERSO AMOR!. ..¡Único día, única función!...¡Boletos agotados!
¡Que empiece
el gran circo! ¡Que aplaudan las lágrimas! ¡Que vibren los pezones!
(Solo se
admiten palomitas con doble mantequilla, para que resbalen los sentimientos)
¿Están
listos?...
¡Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!...Gritaron los pezones.
Primer acto:
“Por favor,
mantengan a los niños alejados de sus emociones, a los mayores de 90 que no se
levanten de su silla de ruedas y a los agnósticos, que solo se den golpes de
pecho y no miren”
Vuelan los
trapecistas, cruzan miradas y todavía no se atreven. No hay red. No hay luces,
solo el foco que ilumina lo que quieren que veamos. Salta el atleta a un
trapecio vacío. Primera prueba. El trapecio vacío es ocupado por una escogida.
Vientos y vaivenes, miradas y miedos. Brinca el atleta y la escogida lo coge.
Fue buena la acogida y el atleta lo intentará una segunda vez. Vuelan y vuelan.
El salto será mortal invertido y la escogida lo cogerá como leona en celo…Suspira
un aliento el atleta, suelta el trapecio, gira sobre si mismo, dos
volteretas y completa el sublime
momento.
¡Señoras y
señores, fantástico¡…
Sonríen los
escrotos, aplauden las vaginas y rechinan las sillas de ruedas.
Segundo acto:
“Por favor,
los que no entendieron, abandonen el circo y los que sí lo hicieron…Manténganse
en sus asientos con sus manos abiertas.”
Entra el
domador a la jaula. Las leonas gimen. Se estremecen los barrotes y se prenden
las luces. Las leonas dejan de gemir y esperan. El domador exhala un grito y
las leonas abran la boca mostrando sus colmillos (algunos retorcidos). El
domador exhibe su látigo y una de las leonas dice “Naaaaaa”. Una de las leonas
le contesta con intento de arañazo y el domador impertérrito hace oídos sordos.
Una de las leonas piensa “ este número ya lo habíamos hecho y no funcionó”, brincó
sobre el domador y le susurró al oído
“eres un idiota, esto ya no funciona”. Abrumado el domador, tiró el látigo,
caminó junto a cada una de las leonas y a cada una le dio un beso. Empezaron a
brincar, saltaron alturas y pasaron dos veces por el aro de fuego. Fue entonces
cuando el domador, embelesado y sorprendido cayó al suelo y las leonas sobre
él…Lo lamieron tanto que su piel rebajó en dos centímetros su espesor, su
corazón latió dos veces por segundo y su alma se llenó de ternura, por primera
vez.
¡Señoras y
señores, sublime lo que acabamos de ver!
Las vaginas
sonríen, los escrotos esperan revancha y las sillas de ruedas aplauden.
Tercer acto:
“Por favor
los enfermos del corazón, los que tienen demasiada virtud y los que temen al
pecado, abandonen el circo”.
El círculo
se llenó de caballos, de tragafuegos, de ilusionistas, de magos y de payasos.
Éxtasis final para una función única. El tragafuegos se tragó un caballo y en
las manos del ilusionista apareció en la chistera del mago. Ambos sonrieron al
payaso y éste sacó de su nariz un conejo y una paloma. Pidió dos voluntarios y
corrieron una vagina y un escroto. El payaso le pidió al ilusionista un rio y
por el navegó la vagina hasta llegar al círculo…El escroto, solo se levantó y
dejo que su pene caminara la distancia. El payaso los juntó. La vagina sonrió
en su timidez y el escroto mostró su vigor. El tragafuegos se puso a un lado de
la vagina (solo para cuidarla del persistente escroto) y un caballo de pura
sangre, bebe y derrama, se puso a un lado del escroto. ..El ilusionista y el
mago se pusieron a un lado del payaso y de repente empezó a derritirse su
pintura, sus dibujos y su sonrisa. Palideció su cara, resplandeció su cuerpo y
se convirtió en llena luna, esa luna que a veces sonroja y a veces se pone a
punto de caramelo. Las vagina lo sintió y se humedeció, el escroto irguió su
pene y escupió un verso. Y fue entonces que la vagina habló: ¿Solo de eso eres
capaz?, Yo esperaba poesía, caricias, ternura, un escalofrío…y solo me
escupiste un verso?.
Relincharon
los caballos saliendo de la boca del tragafuegos, renunció el mago y el
ilusionista se agotó tanto que el payaso a cuestas se lo llevó. Enmudeció el
circo, porque cuando el amor es perverso solo escupe, cuando el amor es egoísta
solo escupe, y cuando el amor es solo satisfacción de uno, solo escupe.
¡Pasen y
vean¡…El amor no solo se vive en tres actos.
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