Entreabrió el amanecer la ventana y llegaron
los dedos del cielo a pintar vaho en el cristal. Tu rostro respira profundo mi
pecho, mi latido acompaña tu sueño y mis ojos solo esperan, la primera ternura
de tu mirada. La elegancia despierta un leve suspiro, la nobleza del
sentimiento arrulla una caricia, la perversión del pensamiento
recuerda el baile y el deseo, poco a poco, eriza mi piel.
Resbala quedita mi mano en tu sábana y descubro la razón de la belleza
en tu cuerpo. Olor, color y sabor se funden entre los rayos del nuevo Sol. Ya
los dientes rasgan mis labios, Se atreve mi boca y entre tus pechos da el
primer beso, un buenos días pegado, suave y húmedo. Mis pestañas tocan tus senos,
tu fragancia es intensa y la pasión empieza a escribir nuevos versos.
Despiertas y con amor apoyas tu mano en mi cabeza. Respira un suspiro en tu ombligo, mis cabellos
entrelazan con fuerza tu puño y me pides más…Provocación y perversión, sentido
calor de un deseo, suave contorsión, meditación encendida del alma y
culminación de un sueño, al poseerte húmeda y profunda en nuestro amanecer.
Pisa con dulzura mi lengua tu abdomen y en él mis labios sienten, sienten
música de latidos cada vez con más prisa. Parpadea la mirada en el incipiente
sudor, ya el anhelo es gota y el cielo se reinventa en tu piel. Mueven cariño
tus piernas y mi aliento entre ellas se pierde…Es lujuria hecha pasión, es la
explosión de los sentidos y el aquelarre de los profundos sentimientos.
Se
marchita el tiempo en su afán, la fuerza del Sol lo detiene, asoma mi Luna un pedacito
de celo, brincan los cometas sus órbitas, relincha el viento y vive el
relámpago…Me dices “¡Ven!” y la eternidad se convierte en un segundo, el
silencio en acorde y el espacio en mar. Nuestras miradas son una, labios
soldados, atrevidas salivas entre las lenguas del deseo, sensualidad infinita,
parida seducción en los calostros de tanta contorsión. “¡Si!” “¡Si!”, se resbalan
y pegan los cuerpos, el aire es vacío, el oxígeno es latido, “¡Así!” ¡”Así!”,
un primer gemido, “¡Te amo!”, enrojece el Sol y despeina algodones de sábanas y
nubes, la intensidad ya no es medible, la contorsión es locura y la penetración
es dulce comunión…¡Más! ¡No pares! ¡Te siento! ¡Si! ¡Si! ¡Oh,Siiiii!...Del
gemido nace el grito, del sudor una lágrima, de la dulce eyaculación un orgasmo
y del corazón, la razón del alma.
Silencio en el altar de nuestro amor. Indulgencia plenaria al pecado de
nuestros sentimientos, poesía escrita con fuego en el alma y el principio
recitado de un diálogo, después del tercer baile de nuestra elegancia…
-Mi
amor
-Dime cariño
-¿Un cafecito?
-¡Siiiiiiiiii!..................(Continuará)
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